Gestión tributaria local anticipativa: avance de padrón

La gestión tributaria local se encuentra aguas abajo respecto al Catastro, en el sentido de que ésta se alimenta de la información catastral como entrada para iniciar sus procedimientos tributarios, fundamentalmente los relativos al IBI.

En ese sentido, la forma que se estableció para el intercambio de esa información y se ha convertido en habitual es el uso de dos ficheros distintos: el padrón IBI y la cinta DOC, ambos emitidos desde el Catastro y con destino a las entidades locales.

Son dos elementos complementarios: por un lado, el padrón se emite anualmente y contiene los datos tributarios a uno de enero de cada año: todos los inmuebles, su base liquidable, y obligado tributario (además de la estructura de titularidad completa de los inmuebles). Por otro lado, la denominada “cinta DOC” o “la DOC” (a secas), contiene las alteraciones con efectos sobre padrones ya emitidos (y aún no prescritos, es decir, normalmente los últimos cuatro años). Por ello, se utiliza para comunicar actualizaciones posteriores sobre lo enviado en el padrón.

Esta operativa lleva funcionando aproximadamente desde principios de los 2000. No obstante, siempre ha existido una demanda histórica por parte de las Haciendas Locales relativa a la necesidad de disponer de ciertos cambios en el Catastro en el momento que se producen, y no tener que esperar al siguiente padrón anual. De esta forma podrían llevar a cabo una gestión tributaria anticipativa.

Para dar respuesta a esa necesidad, recientemente la Dirección General del Catastro (DGC) ha diseñado y puesto en servicio un nuevo tipo de fichero: el formato DOC con avance de padrón, o DOC-AP.

Este nace en 2022 con la idea de ser una especie de padrón continuo, que permite incorporar los avances reflejados a la gestión tributaria, proporcionando a las entidades locales un mecanismo de actualización de datos de alta frecuencia (potencialmente hasta diaria).

No sustituye, sino que complementa el padrón IBI anual, añadiendo información frecuente de actualización sobre los movimientos ocurridos en el Catastro, de manera que permite anticipar cuanto antes aquellos de relevancia tributaria para la entidad, y que de este modo puedan adelantarse en su gestión.

El fichero contiene tanto las alteraciones jurídicas (cambio de titular catastral) como físico-económicas (altas, bajas y variaciones del inmueble y su valor catastral), que previsiblemente tendrán efectos en el próximo padrón. Esto permite a las Haciendas Locales tener una base de datos de inmuebles sujetos al IBI completa, permanentemente actualizada y coordinada con la del Catastro.

Se trata de un archivo de intercambio cuya generación se puede programar con la periodicidad deseada desde las aplicaciones catastrales. Es decir, la generación es automática. Posteriormente, se comparte actualmente con las entidades locales mediante el área de usuarios registrados de la Sede Electrónica del Catastro (SEC), la cual les permite descarga de ficheros.

No suele ser un fichero voluminoso, dado que solamente incorpora los cambios ocurridos desde la anterior fecha de generación (es lo que se denomina un fichero incremental). El proceso completo del intercambio se muestra en el siguiente esquema:

Además, la DOC-AP está basada y se ciñe al formato DOC original. Por lo tanto, es bien conocida por las administraciones usuarias, que disponen ya en muchos casos de aplicaciones para procesarla.

Este aspecto ha sido determinante a la hora de optar por esta solución. Han existido propuestas anteriores basadas en servicios web, pero estas requerían de adaptaciones a una estructura nueva y no conocida en todos los municipios y al mismo tiempo dejaban fuera las posibilidades de tratamiento manual. Dada la gran heterogeneidad informática y de personal entre entidades locales y su elevado número, el Catastro la descartó por inviable para un despliegue masivo.

Desde el año pasado, los municipios y diputaciones que así lo solicitaran a su gerencia territorial o regional han tenido acceso al fichero con la frecuencia que prefirieran en cada caso. Por tanto, existen ya algunas experiencias con su utilización en el territorio, de las cuales el Catastro ha recibido observaciones y propuestas e ideas de mejora.

Aunque su uso aún no es generalizado, la acogida por parte de los que lo han probado ha sido bastante positiva. En general, la actualización que eligen tiende a ser quincenal y, en efecto, valoran especialmente el hecho de que mantenga la misma estructura ya conocida de la DOC.

También aprecian que les permite ordenar cronológicamente las alteraciones físicas y jurídicas para poder generar liquidaciones, bajas y actualizaciones de los sujetos pasivos o titulares catastrales en función de la fecha en que estas se produzcan.

Algunas entidades locales apuntan que para alcanzar todo su potencial van a iniciar un proceso de adaptación en sus propias aplicaciones, de forma que se aproveche la máxima frecuencia posible y mejore por tanto esa ordenación, entre otros aspectos.

A la vez, para facilitar el intercambio frecuente, han sugerido y se está estudiando en la DGC la posibilidad de hacer totalmente automática la descarga del fichero generado. Para ello, y como se ve en el siguiente esquema, se pondría a disposición de los municipios un repositorio de ficheros compartidos al que éstos se podrían conectar desde sus aplicaciones automáticamente, además de poder seguir haciéndolo mediante descarga manual en la sede electrónica.

Miguel Ancochea

Subdirector General de Tecnología y Despliegue Digital de la Dirección General del Catastro

Deja una respuesta

Los comentarios serán moderados para poder ser publicados

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Gracias